Buen líder o buena persona
- Birth Group

- 2 days ago
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Hace unos días, platicando con alguien de mi equipo, me dijo que era un buen líder porque siempre cuido y consiento a mi equipo. Ahí fue cuando me quedé pensando si soy buen líder… o solo buena persona.
Una buena persona se preocupa por los demás y hace lo que está en sus manos para que todos estén bien; un líder se preocupa por alcanzar los objetivos establecidos.
¿Es mejor ser un buen líder o ser una buena persona? Yo creo que van de la mano y que es imposible ser un buen líder sin ser buena persona. Por más que sepas liderar, conozcas del puesto y del negocio, si no tratas a los demás como personas es muy difícil ejercer un liderazgo auténtico. Líderes que se mueven desde el miedo y no desde el respeto generan culturas donde la gente se preocupa más por no equivocarse que por lograr resultados. Por el contrario, cuando alguien es muy buena persona, cuida a todos, pero no ejerce liderazgo ni establece límites, puede caer en paternalismo… y como consecuencia, en falta de resultados.
Creo que un buen líder debe ser cercano a su equipo, entenderlo y escucharlo para aprovechar las fortalezas individuales de cada persona. Pero también debe mantener la cabeza fría y ver por el negocio, porque un negocio que prospera beneficia a todos los que trabajan en él, incluso cuando eso implica tomar decisiones complejas, pero que son las correctas y justas para el resto del equipo.
Para mantener ese equilibrio recuerda:
El liderazgo no excluye la asertividad: ser empático o buena persona no significa evitar conversaciones difíciles; significa tenerlas con respeto.
El buen líder pone límites claros: cuidar al equipo también es ser firme cuando algo no se está haciendo bien.
El buen líder está dispuesto a no ser el favorito: porque a veces ser querido y ser respetado no llegan al mismo tiempo.
Al final, ser buena persona te abre corazones; ser buen líder te abre caminos. El verdadero liderazgo surge cuando ambos aspectos se integran: humanidad para acompañar, y firmeza para avanzar. Porque cuando se lidera desde el respeto, la honestidad y la coherencia, no solo crece el negocio: crecen las personas.
Cosas que duelen de ser líder
Hemos hablado mucho de lo que un líder debe ser para empoderar al equipo, pero no tanto de las cosas que duelen al liderar.Durante el tiempo que he tenido el privilegio de liderar equipos, puedo decir que tengo buen ojo para reclutar, por lo que las veces que he tenido que prescindir de alguien no han sido muchas (aunque sí más de las que quisiera). Aún así, cualquiera que sea líder por un tiempo suficiente va a tener que hacerlo tarde o temprano.
Antes de tomar una decisión de este tipo, siempre trato de buscar alternativas. Si se trata de la conclusión de un proyecto, intento reubicar a la persona en otro equipo. Si es un tema de actitud o capacidades, procuro dar retroalimentación, establecer un plazo para corregir la situación y acompañarlo con un plan de trabajo. Si después de eso no logramos llegar a un punto que funcione para ambas partes… tomo la decisión.
La mayoría de las veces es claro, no se trata de no cuidar a los míos; a veces prescindir de una persona significa cuidar al resto. Porque cuando alguien no da resultados… alguien más tiene que hacerlo, y se vuelve injusto para los demás asumir esa carga o para el cliente no recibir lo contratado. Cuidar al equipo y al cliente implica, en ocasiones, tomar decisiones difíciles que duelen en el corazón, pero que son necesarias para proteger al colectivo.
Cuando llega el momento de terminar la relación con un colaborador, hay formas de hacerlo de la manera más humana posible. Yo trato de agradecer primero por lo que sí aportó a la empresa; después refuerzo los acuerdos que habíamos establecido previamente, explicando las razones por las que no se logró el resultado esperado y entonces comunico la decisión. Desde mi perspectiva, esto ayuda a asimilarlo de forma más racional para ambas partes. Y aunque nunca es fácil, esa retroalimentación final puede contribuir al crecimiento profesional de la persona.
Algo que me ha ayudado a hacerlo es recordar los siguientes puntos:
Nunca olvidar la empatía: detrás de un bajo desempeño hay historias, contextos, inseguridades.
Separar persona de resultado: puedes apreciar a alguien como ser humano y aun así reconocer que no es la persona adecuada para el rol.
La decisión se toma por justicia, no por comodidad. Mantener a alguien por no querer incomodar suele ser más dañino a largo plazo.
Al final recuerda, ser líder no solo es inspirar, motivar y reconocer. También es enfrentar decisiones que pesan y que a veces te quitan el sueño. Porque ser buena persona es importante… pero ser buen líder también significa tener la fortaleza para tomar decisiones difíciles con respeto y humanidad.

Escrito por Chucho Fernández, VP de Operaciones.
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